Increíble es saber que el manejar el estrés influencia tu salud tanto o más que la alimentación, el ejercicio y el descanso.
Permíteme que te platique un poco acerca del estrés. Como tú ya lo habrás leído o alguien te lo ha platicado, el estrés puede desencadenar varias enfermedades y malestares.
El Sistema Nervioso Autónomo se divide en Sistema Nervioso Simpático y Sistema Nervioso Parasimpático
Existe el estrés real (físico) y el estrés imaginario (psicológico) y tanto el primero como el segundo juegan un papel determinante en nuestra salud. Ambos encienden el Sistema Nervioso Simpático.
¿Sabías que el cuerpo no diferencia entre un estrés real y un imaginario? Es decir, el cuerpo no diferencia entre que verdaderamente te esté persiguiendo un león o no. Aquí te comparto algunos ejemplos del estrés físico y del psicológico o imaginario.
Estrés físico: la falta de sueño, la falta de consumo calórico, bacterias, virus, toxinas, infecciones, el ejercicio extenuante, el alimento, las intolerancias o sensibilidades alimentarias.
Estrés psicológico: el miedo, el enojo, imágenes mentales que atormentan, los pensamientos negativos, las creencias limitantes, el auto juicio, en qué estado comes (relajado o estresado), en dónde comes, qué tan rápido comes.
¡Todo esto lo interpreta el cuerpo como amenazante!
Hoy por hoy es el estrés psicológico, más que el estrés físico, el que tiene la capacidad de elevar y mantener elevada la respuesta de estrés de un modo crónico; y es el estrés crónico el que tiene consecuencias a considerar en nuestra salud. La respuesta del estrés cuando es realmente necesario (como cuando necesitas esa adrenalina para correr, o escapar o defenderte) es no sólo útil sino indispensable: se libera Cortisol y una vez concluido el episodio, la hormona regresa a sus niveles normales. Pero el estrés continuo o crónico es el que no nos deja nada bueno: libera cortisol y prepara al cuerpo para una amenaza mandando todo su esfuerzo y sangre a las extremidades para salvarse del “depredador” y todos, absolutamente todos los sistemas del cuerpo se quedan si recibir la cantidad necesaria tanto de nutrientes como de fluido sanguíneo. Es aquí cuando nuestra capacidad digestiva disminuye abruptamente, al igual que la absorción de nutrientes, la formación de músculo, la quema de calorías y aumentan nuestros niveles de insulina y glucosa, niveles de grasa y niveles de inflamación y al mismo tiempo disminuye la producción de otras hormonas muy importantes para tu cuerpo… PORQUE EL CUERPO ENTIENDE QUE LO QUE NECESITA ES “CORRER Y SALVARSE” Y NO GASTAR ENERGÍA EN CUALQUIER OTRO PROCESO DEL CUERPO HUMANO…!TODO LO DEMÁS PUEDE ESPERAR!. El problema viene cuando esto mismo nos sucede día con día, semana con semana y así enfrentamos nuestra vida diaria.
La idea es lograr apagar el Sistema Simpático (el que se enciende como respuesta ante el estrés con la intención de “salvarnos del depredador”) y encender el Sistema Parasimpático (EL QUE SE ENCIENDE EN UNA RESPUESTA DE RELAJACIÓN). Es, en este último, en el que todo sucede: sanar, absorber nutrientes, desinflamar, disminuir la producción excesiva de Cortisol y, por ende, balancear todas las hormonas, disminuir los niveles de azúcar y glucosa en sangre, formar músculo, quemar calorías; en fin, todos los beneficios para el cuerpo y la mente.
Como lo leíste en el correo anterior, también la falta de sueño es particularmente estresante para todo nuestro cuerpo? Así que, si ya estás haciendo un ejercicio tan extenuante como para causar estrés a tu cuerpo, balancea esto con un sueño restaurador, completo y suficiente…
Tips para “encender” el Sistema Parasimpático (utiliza uno o varios de ellos e intégralos a tu rutina diaria):
Tomate unos minutos del día al amanecer o antes de dormir para meditar, realizar la visualización que te compartimos hace unas semanas o hacer alguna oración.
Siempre siéntate a la mesa al comer. No lo hagas frente a la TV o en el coche.
Tómate tiempo para comer, no lo hagas con prisa (vivimos nuestros días a prisa).
Haz 5 respiraciones profundas antes de iniciar cada una de tus comidas, esto estimulará el nervio vago el cual está encargado no sólo de encender tu respuesta de relajación sino, además, de darle la señal al cuerpo para comenzar a producir enzimas digestivas y ácido clorhídrico para una buena digestión, asimilación y absorción de nutrientes.
Da las gracias por tus alimentos y/o realiza un diario de gratitud escribiendo o mentalizando por las mañanas o por las noches 5 cosas, situaciones, momentos por las cuales dar gracias. La gratitud es totalmente sanadora a nivel físico, fisiológico y mecánico.
Cuando te sientas abrumado, estresado, ansioso, a prisa o en cualquier otra situación en la que lo sientas necesario realiza 4 veces la respiración “4-7-8”. Inhalas en 4, sostienes en 7 y exhalas en 8.
Date un masaje y consiéntete.
No dejes de adoptar varios o alguno de los tips anteriores ya que, si comúnmente vivimos en un mundo en extremo acelerado y estresante, el ejercicio extenuante que practicas puede ser un estrés continuo para tu cuerpo…DÁLE UN APAPACHO.
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